Un día descubro que tengo alas,
que por encima los problemas, me puedo elevar.
A lo alto extendí mis manos,
y hacia el cielo empecé a mirar.
Lo más difícil fue,
a mi mismo dejar de mirarme,
respecto a lo que soy, sé,
o pudiera tal vez hacer.
¿Lo más hermoso?
Seguir su voz y consejo,
sus pasos seguros,
su tierno guiar.
Si no me crees, ven te invito,
vamos los dos a volar.
Es muy fácil, solo tienes que creer.
Es muy simple, solo tienes que confiar.
¿Es que acaso no lo ves?
Mírame, tal vez puedas verlo en mí.
Vamos amiga/o, anímate,
extiende tus manos,
despega tus alas, eleva tu mirada.
Ves, ¡Ahora si!
Sobre toda circunstancia.
Ya te puedes elevar.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!