Y volvió a las andadas,
Cenicienta sin zapato, volvió a las andadas,
y él... hombre al fin,
se rinde de nuevo
porque ella es mujer.
Se hablan en clave,
creyendo que nadie
descubre su "coqueteo".
Y sin lugar a "dudas",
la princesa se regala,
al hombre que ella,
quisiera que la amara.
Pobre princesa
de cuentos de nada,
al correr del tiempo,
quedará enroscada,
y sin zapato en la escalinata.
Y él coquetea,
le hace creer,
y otra vez en el ruedo
vuelven a caer.
Pobre princesa
de cuentos de nada,
quiere ser la luz
que ilumina su mirada.
Él hace su juego,
le hace creer,
y ella sin zapato
se puede caer.
Pobre princesa
de cuentos de nada,
él le hace creer
que hay un antes y un después.
Y seguro así es...
lo que ella no sabe,
que él... es "un hombre",
simplemente un hombre,
que la deja creer.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!