La poesía
Es el efervecer de una botella virgen,
El impulso que dispara al corcho...
La poesía es la burbuja de la champaña
Que mantiene sobrio a quien sabe beberla
y embriaga a quien sabe gozarla.
El destape de alguien que no está ebrio,
Pero que habla como un desquiciado,
El desahogo de un delirante asfixiado;
Lo que llena y vacía una copa de olvido;
Un vaso en las rocas que trae un recuerdo,
Una aceituna clavada en una desilusión
Sumergida en un trago amargo y seco.
La poesía es la terapia de muchos,
El medio para sacar los rencores
Para revelar, o inventar amores,
Y así causa una rarísima sensación
Al llegar al punto final de un verso.
Es la rebanada de piña o de limón,
La lágrima que se tira cuando termina
Un poema con una estrofa familiar,
Que parte la lengua al probar el final
y deja en la boca un suspiro agrio...
un suspiro agrio que quiere ser llanto.
Es una rutina que requiere atención,
Ayuda 24 horas, si se necesitara,
Porque cuando se sufre, o se ama,
O se odia, o el mundo se nos acaba,
La poesía se vuelve una adicción.