Estaba distraído, admirando una rosa,
aspirando su delicado perfume
y, entonces, pensé:¿quién presume
de belleza viendo flor tan hermosa?
Estaba pensativo, mirando una estrella,
allá arriba; en el cielo,
y, entonces, pensé un momento:
¿quién dice ser más bella
que lo que mis ojos están viendo?
Entonces pensaba que no había
nada más bello...
¡hasta que un buen día
mis ojos te vieron!
Aún no conocía
el perfume de tu cabello,
aún no conocía
el brillo de tus ojos.
Aún no te conocía...
¡aún no sabía lo que era hermoso!