Un soneto

Puntual llegará el día de la partida,
los álamos silbarán con el viento,
las palabras rozarán con su aliento
la boca del amado cual herida.
El cruel tiempo no detendrá su huida,
las aves cantarán con dulce acento,
de mi pecho brotará lo que siento,
y mi alma tendrá la paz bien habida.
El mundo seguirá con su rutina
pues la vida no cesará su acorde,
un himno cantará con alborozo,
y en mi corazón morirá la inquina.
La última canción sabrá monocorde
y mi garganta contendrá un sollozo.
Nadia Estelaniz
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