Con el apuro nos perdemos

El canto
del que apostado en la rama,nos invita
esa ave pequeñita,nos tiende
un puente imaginario
y nos promete un exitoso dìa.
Con el apuro nos perdemos
el sonido del viento,
ese tintinear de dulce arpegio,
colgado desde la ventana.
Y en sonido del infaltable
el viejo reloj de mesa
ese que a duras pena suena
pero nos hace levantarnos de la cama
¡Con el apuro nos perdemos!
las gotas,de esas lluvias primeras
con sus canto de agua fresca cayèndo
precipitadamente,sobre los techos y àrboleda.
Ese trote en la distancia
del transporte pasado en años
bajo el pito del lechero, anunciando
un blanco y fresco brebaje.
Con el apuro nos perdemos
el beso multiplicador
de la madre cuando eramos pequeño
ese dulce sonido que nos deja
emborrachada el alma
por el resto de la vida.