Adiós de libélula 1

A fuego quedó grabado
en lo profundo del alma
la luz de tus bellos ojos,
tu sonrisa, tu mirada.
Y aunque el tiempo
que cambia todo,
me privó de tu mirada
se diluyó tu sonrisa
cada que me observabas.
Aún perduran en lo más hondo,
en el valle y en la hondonada
la luz de esos bellos ojos,
fiel reflejo de tu alma
que me gritan:
"ya no te quiero",
vete ya, vete de casa
y yo en altivo silencio
solo sonrío, en calma.
Y ahora que ya me alejo
se van rodando mis lágrimas.
be bj