he escuchado a la tristeza pasar,
he visto como de mi se apodera,
y como a un rehen cualquiera,
me termina por tomar.
El silencio me ha atado de manos,
me ha amordazado la boca,
y con crueldad me toca,
con sus modos ufanos.
la soledad vuelve a surgir,
me ha tomado cautiva,
y aun siguiendo viva
me siento morir.
la amargura me ha hecho presa,
el olvido me ha condenado
se rie de mi ser acabdo,
no existe condena peor que esa
contra mi han embestido,
el silencio,y la amargura y la soledad tan dura
que en mi tristeza he perdido.