De batallas perdidas, de silencios y pecados
colores indistintos sumergen mis rutinas,
adorarte despacio, consagrarme en tus amados
rasgos de inocencia que en tu piel se terminan.
De hombres y mujeres, que perdieron sus candados
arrancados de sus padres, tristes y perdidos,
buscan encontrar su arraigo y su pasado
sus cimientes ciertas, sus rostros y sus nidos.
De batallas perdidas, de enemigos en trincheras
vacías de calmas, repletas de torturas,
pozos infames de sometimientos si vieras!
los gritos y el horror, la tempestad y la locura.
De hombres y mujeres, de luchas incansables,
de falsas promesas, de electricas inquinas,
verte morir en mis brazos y los probables
rasgos de inocencia que en tu piel se terminan.