a tú suerte.

Atronadores sonidos estridentes,
Como pólvora perforan mis sienes
Y es que te tengo clavada en mi mente,
Como afilados cuchillos en el vientre.
No podré escapar del pútrido calvario,
Que seca mi rama de esperanza y sueños
Condenado a poblarte en mis delirios,
A pintarte en mis desdentados lienzos.
Brotaran nuevamente ejércitos de muerte,
Para mí magullada libertad y yerma suerte
Y estaré allí donde el amor ya no ejerce,
Cementerio de mil corazones aun latentes.