Una historia platónica

Me acuerdo del barrio de Mirones
un básico espacio
de niñez y pubertad,
un colegio cerca al río que habla
unas aulas de cuentos mágicos
y un narrador de polendas.
Me acuerdo de una mudanza obligada
el nuevo local y el gran maestro Cuadra
las aburridas matemáticas
y la temida lenguaje...
cuanta historia dormida
con recuerdos amarillos.
Me acuerdo de las actuaciones
de los niños Raphael y Marisol
que soñaban y cantaban inocentes,
ella creció más rápido
y él la contemplaba a lo lejos
camino a casa...
despertar imaculado.
La cuadra treintaidos de Capello
era un peregrinaje obligado
de chicos adolescentes y él
muy lejos quedaba,
sólo miraba su puerta
y el sol de la ventana
su alma iba con ella
que nacía como mujer,
y él..., esperaba.
Fue el ayer y me acuerdo
no sé muchas cosas,
ella ahora es maestra...
sólo sé que se llama Neuli,
y él sólo es un escribidor
de bellas historias