Comenzó en un intercambio
de frases dichas al azar
en el frio receptáculo
de la ventana de un chat.
Se convirtió en costumbre
el que nada más entrar
atizara yo la lumbre
conjugando el verbo amar.
Tu jugabas, coquetuela,
te llegaste a encariñar,
nunca te diste entera,
no sabías darme más.
Generé en ti la pasión,
esa pasión indeseada
que hizo surgir en tí
una libido olvidada.
Decidimos contactar
y todo quedó en eso,
tú no sabías amar
y yo no buscaba sexo.
Me fue imposible lograr
una emoción palpable,
el solo hecho de amar
te hacía sentir culpable.
Tu fisico no me inspiraba,
fuiste solo un cuerpo más
y mientras tú gozabas
yo te intentaba amar.
Los orgasmos te llegaron
y me sentí estremecer,
no de pasión, no sentía,
¿tal vez de amor?, no lo se.
Que extraña es la vida,
¿donde quedó nuestro nexo?
tu excitación me dió vida,
buscaba amor y di sexo.
Ya lo ves, querida mia,
en las cosas del querer
siempre hay algo que falla,
ni en el acto de joder
conseguiste dar la talla.
Pero queda en mi recuerdo
tu amoroso susurrar
en los escasos momentos
en que me llegaste a amar
aunque fuese en la distancia,
a solas con tus anhelos,
protegida de tus miedos,
trás las rejas de aquel chat.
¡Lástima, yo te queria!