Amor descartado

Has colgado mis llamadas como ahorcan a los culpables.

Has dejado huérfanos a todos mis mensajes.

Mis piropos volaban chocando en tus ventanales.

He degollado muchas horas esperándote en las calles;

brotaban de su cuello los minutos a raudales.

Abrasas mis elogios con el hielo de tus frases.

Tú no usas las palabras, respondes con los puñales.

Eres el bien supremo que causa todos mis males.

En tu arca de Noé no admites mis animales.

Mis deseos no se cumplen con tus estrellas fugaces.

Desatornillas con rabia cada uno de mis planes.

Secas mis deseos y ciegas mis manantiales.

Desayunaba tu voz y merendaba tu imagen:

por la mañana, obsesión y devoción por la tarde.

He rozado el acoso y note el olor a cárcel.

Acabé como hijo pródigo, sin regresar con mis padres,

solo huyendo de ti, de tu olor y tus ropajes.

Ahora quiero comer paz y ayunar de tu carne.

Me empaché de tu desdén por no morirme de hambre.

Ya está bien de ser Platón, ahora quiero ser Descartes.

Pienso que luego existo y existo sin que me ames.