SUTILES SENSACIONES
Hoy he vuelto de nuevo
a lomos de un viento arrogante
batiendo, no obstante, mis alas,
volando en un sueño de plata.
Siento que soy hechicero,
presiento que me han hechizado
con una piedra de luna transparente bajo el agua;
siento que vuelvo a ser cauto en esa nueva mirada.
Noto nacer en mí el río de aguas verdes
donde reflejan el rostro los astros,
que de una honda fuente manaban.
Ya no percibo el olor de esa nueva mañana,
de esa flor entre mis manos que de un sueño la arranqué
poniendo al viento su fragancia.
Ya no escucho los susurros,
el hablar de la vieja tierra
que van rugiendo despacio las más escondidas piedras.
Oigo un ruido fulgurante que me exhorta a marchar
tan pronto como he venido,
oigo voces pintadas en el aire
que ya me han trazado el camino.
A la lejana orilla de los oscuros cauces
de olvidadas aguas, de terribles trances
van llegando semillas y las más ocultas raíces
del mundo de la conciencia,
del mundo de la magia.
Yo también llegué y volé un rato
sin llegar nunca a posarme,
sin tener opción de quedarme
puesto que debía marchar.
Ahora, aislado del mundanal conocimiento,
exiliado de las cosas que todo el mundo sabe,
medito mucho, rumio la angustia cosechada,
me escondo sin querer aparecer
en aquellas tierras de aguas adentradas.
Sé que el sueño se está acabando
y pronto despertaré.
Sé que por mucho que lo intente
el camino se va olvidando
y mis vuelos se perdieron en el lugar que dejé.