Solo con eso, ¡me basta!

Solo con eso... ¡me basta!
Para tus labios mi beso; para tus ganas mis ansias; para tus tactos, mi cuerpo; para tu oído mi suspiro...
Mis ojos para el silencio que callas cuando te miro,
porque de verdad te digo: para mi;
¡nada te pido!
Solo quise que fueras fuerte; ante mis locas tempestades; que también fueras valiente ante mis debilidades.
Quise que jamás mintieras, y que tu voz fuera clara, cuando enfrentaban tus pupilas a las mías, que tienen alas...
Que valoraras mis actitudes, y supieras respetarlas,
que también dieras espacio a mi aptitud en tu alma;
que no criticaras mis actos;
¡que no yo no soy mujer mala!
¡Quiero que nos distanciemos! este camino no ensalza tu creído ego intelecto, y tantos poemas muy míos;
¡que sabes bien me coronan como mujer, consagrada!
Quise una noche contigo para que olieras mi almohada.
Con saberte hoy muy lejos... ¡solo con eso me basta!