Nuestra primera vez.

Tu primera vez selló hasta estos días
el vínculo sagrado que unen nuestras almas,
varió el recorrer sereno y a escondidas
supimos que eramos uno, casi sin palabras.
Tu primera vez y la mía, fue el hermoso
acontecimiento único de vedadas esperas,
surgió la pasión y en las lágrimas de tus ojos
la culpa y el deseo de caricias sinceras.
Tu primera vez te marcó en el calendario
el día que mujer te hiciste a tu entrega,
temores de chiquilla que variaron tus horarios
cuando sentiste el amor vagar por tus quimeras.
Y hoy que la vida nos llevó por otros rumbos
porque el apuro manda con las rutinas certeras,
parece que fue ayer cuando todos nuestros mundos
cabiaron para siempre en esa vez primera.