Nuestro testigo el Árbol

Desde el balcòn muy temprano
contemplo el àrbol frondoso
que fuè testigo de lo hermoso
de esa noche que pasamos.
Tupìdo, de bello follaje
es una prueba fehaciente
de nuestra entrega tan ardiente
en ese precioso paisaje.
Suspiràndo recostada en el camastro
con mis ojos cerrados observo
esa imàgen que en mi mente conservo
amàndonos bajo los astros.
Recuerdo ese momento de placer
te saciaste de mí y quedaste embeleso
me llenaste de caricias y de besos
y gozàmos hasta el amanecer.
FANTASÍA
18-02-07