Honra a tu mujer, amigo mío,
con incansable respeto
todos los días de tu vida,
hasta con el pensamiento.
Ella te ha dado, en los días,
un rosario de alegrías,
de abnegación y de aliento.
Ella ha sido, en tus angustias,
el refugio a tu tormento
y en las luchas cotidianas,
tu dulce y firme sustento.
Hónrala con tus caricias
y tu buen comportamiento,
trátala como a un ángel:
con sublime sentimiento.
Considera sus fatigas
en el hogar que han formado
con ánimo ilusionado
y apóyala sin reparo,
a diario, en cada momento.
Es la madre de tus hijos,
tu aliada fiel, de por vida,
y es muy injusta la herida
que le dan tu indiferencia
y tu nulo comedimiento.
Hónrala con tu conducta,
con tu trato, con tu verbo,
con cada tierna palabra
que le sirva de alimento;
hónrala con tu paciencia
en sus arrebatos violentos.
Considera sus esfuerzos
por seguirte en tu destino
y procura retribuirlos
con amor limpio y sincero,
pues es ella un verdadero
tesoro que hasta ti vino.-
Buenisimo poema. Entiende con nitidez inusual lo que necesita una mujer para que continue a amar su pareja. :mrgreen: ;-)