No sabes cuánto me ha llevado convertirme en la madre perfecta.
Acuné y abracé hasta la saciedad a este niño para que durmiera tranquilo.
Había noches en las que se despertaba desesperado y desgarrado de dolor,
pero lo tranquilizaba con mi fe y entereza.
Los días también me ayudarón a mantenerlo dormido.
En ocasiones cuando abandonaba sus sueños,
le regalaba una nana de palabras reflejadas en un trozo de papel,
y creeme, funionaba., de nuevo se incorporaba y yo seguía mi camino.
Y conseguí recuperar el ritmo de mis fuerzas sin que ningún recuerdo estropeara mi papel de madre.
Pero nunca imaginé que tú de nuevo entraras por unos minutos en mi vida, dando voces y portazos en mi cuna.
Y si, reconozco que conseguiste despertar a mi angelito, pero con una sonrisa y una tez suave y los ojitos brillantes, respiraba tranquilo y pausado como cuando tú lo cuidabas.
Volviste a irte.,
y no logro dormirlo,ni carmarlo, ni mis palabras lo consuelas, tu egoismo para aliviar tu conciencia, fatigó de nuevo mis ganas de luchar.
Hoy sigue despierto.,
dime, ¿qué hago?,
dime, si TE AMO.