Amores Nocturnos

Ajeno a toda circunstancia
Que me sea de utilidad,
Tracé las líneas de mis distancias
Amenizado por la frivolidad.
Sentí roer una brisa
Que venia a calmar mi silencio.
Se oía lejana la risa
Llevada como por un viento.
Tuve el tiempo necesario
Como para no hacer nada.
Hice mudo el comentario
Al filo de todas las espadas.
Es que allí donde baila el viento
Me gusta jugar en la noche
Con pequeños retazos de fuego
Que consumen corazones.
Olí el sabor de tu mirada:
Era ambiguo y agradable,
Me despertaba en cada mañana
Con su olor insoportable.
Y ahí empecé a detestarlo
Cuando me dejo de mirar.
No volví mas a buscarlo,
Hay cosas que quedan muy atrás.
2
Tus largas piernas blancas
(Pulposas de carne y misterio)
Del suave capullo arranca
El néctar del infierno.
Así abrieron paso raudamente
A mi mano que lo investiga todo
Desde tus fibras tan ardientes
Hasta las sombras de tus codos.
También el sudor fluvial
De tus ninfas que destilan edulcoradas.
Ciertos venenos no hacen mal
En la venas de la madrugada.
El juego de roces empieza
Y la fricción es emocionante.
Te desvistes de pie a cabeza
En esa pieza tan cautivante.
La penumbra cubre en porciones
Pequeñas nuestros cuerpos,
Es allí donde las sensaciones
Juegan con retazos de fuego.
Con swing me quitas la ropa
Cómplice fiel de mi deseo.
Con lujuria arrebatas mi copa.
Este show es todo un devaneo.
Tus ojos relampaguean
Fuegos celestiales por doquier.
Como quieres que mis ojos no te vean
Si los tuyos no dejan de arder.
Y allí en la cama desnudos
Ponemos fin a la abstinencia.
Nos devora el fuego crudo,
Nos va quemando desde la esencia.
Gimes, jadeas con candencia
Entre la oscuridad no absoluta.
Le pones un poco de violencia
A la tranquilidad de la ruta.
Y un principio feroz de locura
En un instante toma las riendas.
Ya nadie quiere encontrar la cura
Ni que la maldita luz se encienda.
3
Crujiendo sus dedos huesudos
(Sentada y bostezando)
Se le ponen los ojos duros
En un trance inhumano…
Sobre una piedra azul de fría
En un escenario montado en lo sombrío,
Disolviéndose en la melancolía
Alimentando un total vacío…
Espera la muerte rancia
Y su reloj lastimero con el tic-tac.
Tracé las líneas de mis distancias,
Hay cosas que quedan atrás.
(Tic-tac) sentís ese gran temor
Inevitable en estos casos.
No encuentra cura esta pasión
Cuando te arrebatas en mis brazos.
Tú prefieres las horas lentas,
El humo se te antoja gris.
Ya no escuchas ni la música ni la letra
Pero la canción suena tan feliz.
Porque tus oídos se han perturbado
Entre el orgasmo y la tempestad
En este ritual sagrado
Amenizado por la frivolidad.
4
Ahora sola caminas
En calles empedradas de borrachos malolientes.
Te ven llegar las vecinas
Con el alma triste nuevamente.
Te duele mi recuerdo y la ciudad.
Llueven gotas de nostalgias y humedad.
Extravías tu mirada
En la luna metálicamente distante.
Al filo de las espadas
De tus ojos tan cortantes
Y no prestas atención
A los gritos desesperados de tu príncipe azul
Que reza la misma oración
Desde hace mil año luz.
Ese que se cree tu guardián
Y duerme enjaulado.
Se conforma con las migas de pan
Cuando tu ausencia lo ha cambiado.
Extrañas sin duda
Mi aliento feroz,
Mi alma desnuda
Y mi lengua veloz.
Mi mano entrometida
Explorando más allá.
Ahora sólo te lastima
El beso que te dio el rufián.
No coagula la sensación
Que vertiginosa fluye por tu yugular,
Son los latidos de tu corazón:
Ese bombo que no sabe parar.
Clavas tu diente en algún pastel
De apestoso sabor.
Sentís la sed del papel
Sobre un espejo sin color.
Y te consuelas con revistas,
Con comentarios
Y con novelas.
Aparecen primero en tu lista
Aquellas tarde de barrio
Y esas noches sin velas.
Se te muele la ilusión
Como un grano nada más,
La mano viene fea.
No le podes ganar a la depresión,
Engordas de soledad
Y enflaqueces de ideas.
5
Yo, en mi abismo lunático
Dejo el pensamiento estático.
Total lo que se muela
Es un grano nada más.
Ya no prendo velas
Ni maldigo la oscuridad.
Sólo canto una canción infeliz
Y lagrimeo tu ausencia diurna.
El humo se me antoja gris
En al tarde taciturna.
El que tomo las riendas
Es otra vez el derroche.
Me sumerjo en la horrenda
Esquina de la noche.
Me consumo fervorosamente
En el tiempo de la cita
Esperando impaciente
Tu llegada fortuita.
6
Te acercas frenética
Con labios voraces.
Tu mirada eléctrica
Clava nuevos haces.
Y dejas caer el más cruel de los besos
Con voluptuosa complicidad.
Te invito hasta mis huesos
Exploremos más allá.
Y cerramos la puerta
Hasta que golpee el sol borracho.
Otra vez sobre la cama muerta
Me dejaras sin descanso.
Y otra vez nuestros cuerpos
(Caníbales famélicos)
Entrelazados buscan y encuentran
Esta extraña felicidad.
Que importa si olvidas la letra
Algún día la aprenderás.
7
Parece que gano la vida
Bajo la luz del neón.
La muerte entumecida
Se marchito con su reloj
En la infinita espera
Y cansada de bostezar,
Mirando como la hoguera
Se vuelve a incendiar.
Y aburrida en la noche
De tanto sexo desmesurado
Y por el lastimero tic-tac,
Se consumió en su derroche
Cuando tu presencia me ha cambiado
Entre el orgasmo y la tempestad