La paciencia vino a instalarse,
y como dueña de casa,
se quedó a vivir conmigo.
La paciencia todo lo alcanza,
hasta lo que parece imposible,
y poco a poco... como ave mansa,
lo convierte en sueños posibles.
La paciencia vino a quedarse,
y quiso habitar en mí,
dice que si yo quiero,
lograré llegar a ti.
La paciencia quiere quedarse,
a vivir en mi interior,
ya pagó su hospedaje,
hasta llegar a tu amor.
La paciencia, amado mío,
nunca me ha de faltar,
y con la esperanza hacemos trío,
para amarte más y más.
La paciencia no habla de tiempos,
no llora ni maldice, sólo sabe esperar.
Está viviendo en mis sueños,
¡para poderte alcanzar!
Elsa Fariña
Junio-2003/10-05-2004