Caminar contigo es la fuerza de la ternura,
paseándonos de la mano el tiempo se para
no se mide el antes ni después. Es preclara
cada instante, es la deidad infinita de altura.
Túmbate a mi lado, tu singular hermosura
admiraré por un momento. Ya no nos separa
el tiempo ni el espacio. Quien como yo gozara
el latir de tu pecho, imperio de tu dulzura.
Enredo mis dedos, mis manos sienten tu pelo,
siente el latir de la tierra en tu frágil espalda,
hojas de otoño es alfombra, adorna cual guirnalda,
marchito es vida nueva uniéndonos al suelo,
la gloria terrena nos viste con mejor matiz.
¿Cuánto alegra la magia de tu mirar feliz?
Autor: Alcibíades Noceda Medina