Adios Señor

ADIOS SEÑOR
Hoy me toca abrir las puertas de tu cielo,
pero mi congoja y tristeza no encuentra,
de tu fina expresión para evocar la oda,
que traspase éste tiempo y te lleve al tuyo.
No puedo ensalzar la historia que forjaste,
con la afinada pluma dulce heredada;
no seré la voz que encumbre tu sapiencia,
magno fuiste y serás; orgullo que crece.
Quiero arar leyendas abriendo los surcos,
sembrar con añiles, tu sabio pensar;
quiero en antologías volver a tus sueños,
doliendo tus versos y amando tus cantos.
Quiero recordando tu verbo selecto,
sollozar de mis dolidos sentimientos,
el hasta luego encerrando urgido amor;
el adiós que asfixie mi cruel soledad.
Quiero dibujar elegías que dancen,
la estampa del garabateo de tus huellas;
el vuelo que cae dibujando en el lienzo,
compases musitando tu dulce puño.
Quiero reverenciar tu afinado paso,
que atildaba al hombre del saco y corbata;
al señor del chaleco y mejor sombrero,
del brioso pañuelo hilando marineras.
Quiero Padre mío prodigarte amor,
en éste adiós que no quiere terminar;
en el camino aguardanos, porque un día,
buscando tu encuentro, feliz partiremos.
Vive en nuestro recuerdo, ardiendo la lumbre,
que acompañará nuestro alocado trazo;
tu dignísima heredad grabe con tinta,
páginas de historia forjada en tu orgullo.
Adiós Señor, Encerrando nuestra pena quedaremos, en la soledad que tu silencio llora.
Te entregamos nuestro profesado amor,
que él te acompañe hasta nuestro amado Dios.
Ricardoamado
09/12/2006
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