Tu rostro sorprendido,
mis piernas tiemblan de emoción,
y mi corazón,
loco y arrebatado,
galopa como un caballo,
mis alas, las dejé desplegar,
y sin querer me encontraba más allá,
si ahí, donde está tu alma,
me comprometí a seguirte,
a llorar con los que lloran,
a reir con los que ríen,
pero solo me inquieta,
esos ojos al verte,
mis piernas tiemblan,
mis manos transpiran,
amor deja que,
al menos por una noche,
sea tu dueña,
por un pedazo de cielo,
arrebatas mi alma inquieta,
amor déjate amar,
como yo te amo nadie te amará...
LUNAFRIA