Fiebre del alma

Rápida fiebre del alma sopor que nubla sentidos,

cierro mis ojos ausentes que él me los llena contigo.

Luna que fuiste mi amiga, testigo de mis delirios,

¿por qué parece una mueca tu antaño mágico guiño?.


Trato de ver esta noche tu entero cuerpo mestizo.

Auguro que estás desnuda, fresca tu piel como un niño.

El mismo viento que roba de tu cuerpo tus vestidos

me ha susurrado en secreto que a veces sueñas conmigo.

Usas coqueta las ramas de los árboles vecinos

como párpados gigantes que censuran lo prohibido.

Es al sentirte admirada cuando no quieres mostrarte

y ante mi amor transparente de recato te has vestido.


Me desprecias con tu espalda alejándote por el alba.

Y en tu estela se han perdido mi esperanza y mi destino.

Con la lupa del recuerdo recupero la cerilla

con la que antaño encendías cuando querías mi cirio.

Hoy se encuentra humedecida, los sollozos la han podrido.

No buscaré en tu sendero nunca jamás mi camino.