Los celos del sol

Mientras caminaba
casi podía ver la luna
derritiéndose,
fundiéndose como metal,
derramándose sobre la Tierra
como si de lágrimas se tratase.
Creo que fue el sol
quien pretendía destruirla,
era su venganza,
yo también he padecido esa ira,
no soportó la idea
de no poder siquiera
observarte
mientras el gran foco nocturno
nos ofrecía su refugio.
Hoy de nuevo estás lejos,
aunque prometo volver a raptarte...
Vuelvo a mirar al cielo,
me olvido del mundo,
el asfalto desaparece,
el mundanal ruido
se hace invisible,
hoy no hay desastres
y nada está muriendo
porque pienso en tu brillo...
Para poder estudiarte
quizás deba
convertirme en astrónomo,
no encuentro otro modo
de no perderme
ninguno de tus detalles,
ya haremos las paces con el sol.