(Dedicada a todas aquellas personas que han perdido la caridad por los demás)
Hacía mucho tiempo no sentía
este dolor que ahora me acompaña,
había olvidado que la gente hiere
y dichosa, después, goza su hazaña.
Hoy me duele la gente como aquella
que no fabrica risas, sino anzuelos,
para pescar favores o caricias,
nunca para quitar los desconsuelos.
Hoy me duele la gente que con metro
toma medida del fracaso ajeno,
sólo para gozar de sus desdicha
porque no sabe compartir un duelo.
Hoy me duele la gente que pretende
despojar a su dueño del descanso,
al rico de sus bienes y al pobre de la risa
y al poeta le quita sus versos y su canto.
Hoy me duele la gente que no sabe
que el dolor y la dicha son mitades
de una unidad que se reparte a todos
en proporciones que nunca son iguales.
Hoy me duele la gente que se amarga
y se retuerce y sufre si alguien gana
la gente no entiende que los éxitos tan sólo nacen de una mente sana.
Hoy me duele la gente con tal fuerza
que no podrá dolerme ya mañana,
pues si asi sucediera, moriría
de profundo dolor, humanidad inhumana.