Ese mozo tan galante
Cuando un día te encontré recorriendo mi camino,
supe para siempre amor que se unió nuestro destino.
Miré tus ojos de miel, el carmesí de tu boca,
me dije, serás mi amado, tu sonrisa me trastoca.
Tiene la mirada franca, por la atracción que yo siento,
será el hombre de mi vida, lo amaré, ya lo presiento.
Me fijé en tus manos fuertes que pendían de tus brazos,
quise fundirme contigo para siempre en tus abrazos.
Pensé para mis adentros, te daré la vida entera,
dueño de mi corazón quédate siempre a mi vera.
Con versos de una canción salpicaste mi ventana,
sonriendo los junté a una hora muy temprana.
Con ilusión expresaste lo mucho que me querías,
y con amor me dijiste, serás para siempre mía.
Y ese mozo tan galante que cantaba en mi ventana,
es el mismo que hoy en día me quiere con toda el alma.
Con tiernas caricias, besos, nuestros cuerpos enlazados,
con susurros anhelantes, nuestro amor se ha acrecentado.
Y ya no puedo vivir si tus ojos no me miran,
si tu boca no me canta mi corazón se lastima.
Y es tanto lo que me quieres, y lo que te quiero, amor,
que fundimos nuestras almas, y nunca seremos dos.
Chelo Álvarez
©Derechos reservados.