No me digas hoy que no me sientes,
que es solo la lujuria que te obliga,
a darme más que un beso dulce amiga,
y no lo digas más, pues sé que mientes.
No digas que de amarme te arrepientes,
ni digas que mi boca te fatiga,
tu sabes que tu amor no se desliga,
de mi existencia azul aunque lo intentes.
Tu sabes que mi boca es tu delirio,
en esas noches tuyas donde sola,
me vuelvo tu placer y tu martirio.
De igual manera amor, tu cuerpo y boca,
se estrellan junto a mí como una ola,
como una ola amor, contra la roca. (2002)