Un gran alerce

Si yo supiera de donde trajeron
a ese retoño del árbol precioso,
bajo qué cielo quisiera saber
qué brisas vieron su lento crecer,
un gran alerce que vino hace años
con el destino de ser especial.
Bellas historias me doy a forjar,
bajo su copa una alondra tal vez
a sus polluelos venía a nutrir,
entre sus hojas los nidos se amparan
de aves con sueños que llenan sus ramas
con melodías de arrullos y píos.
Alto y erguido muy noble se ve,
resiste al viento que causa tormentas,
ni los granizos le mellan su tronco
nunca doblega sus ramas tan fuertes,
en primavera retoña primero
no hay otro igual que tan sano parezca.
Tiene el aspecto de pérgola verde
con su gran tronco y ramaje tan amplio,
árbol inmenso que humilde se torna
para acunar en sus gajos un nido,
ha de mecer a las crías hermosas
que entre sus brazos tan suave dormitan.
Lupercio de Providencia