Bajé del valle ignorado, orgulloso,
sin letras por estar siempre remando,
a los versos la vida me va dictando
gentileza de mi corazón amoroso.
Con historias con lagrimas y gozo
resto de amor va quedando a mi alma,
sufriendo aprendo en resumida calma,
por amar incondicionalmente me destrozo.
Sin sonrisa fantasiosa ni hipocresía,
doy puro sentimientos sin maldades
y dejo cabalgar sobre humilde poesía,
tropieza con reproches y calamidades,
pues la vida es enjambre de ironía.
Yo amando hallé muchas felicidades.
Autor: Alcibíades Noceda Medina