Aprendiendo a nadar

Llantos escuchaba...
al sacar mi cabeza del agua.
Llantos seguía escuchando
pero yo, seguía nadando.
El calor, el agua, el bullicio,
personas que iban de un lado a otro,
cruzando la piscina, nadando,
no entendía lo que estaba pasando
y los llantos de un bebe seguía escuchando.
Mi curiosidad llego a su extremo.
Mis ojos estaban alucinando.
Tres niños con muy pocos meses
en brazos de jóvenes madres
entraban en las tranquilas aguas
de una relajante piscina.
Donde unos minutos antes,
un numeroso grupo de señoras
dirigidas por una joven profesora
trataban de llevar el ritmo
de los ejercicios que ella les enseñaba
de pronto... se acabo el bullicio.
Otra vez estallaron los llantos
y en la orilla me quede mirando
las tiernas escenas de amor
que ambos se estaban profesado.
Una madre al niño en su regazo portaba
y tiernamente por el agua deslizaba.
Otra madre con su hijo jugaba
mientras, la profesora le enseñaba
la cara de sorpresa que tenían,
cuando agua los niños tragaban.
Ellas, les sujetaban, sonreían, acariciaban,
y con los niños jugaban,
aprendiendo a defenderse en el agua,
ellos, con sus manitas chapoteaban,
solo tres niños, que ya no lloraban.
Les gustaba y se divertían
moviendo sus piernecitas,
jugaban, reían y gritaban.
La escena invitaba a plasmarla
estaban aprendiendo a nadar
en los primeros meses de vida.
Jucrema 9/9/04
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