Desafiando al tiempo quedo el amor,
a pesar que se grabo, a sangre y fuego.
Durmiendo está, en un hasta luego,
en una simple despedida sin rencor.
Adormecida quedará, en esa palabra.
También es así el beso de despedida
puede ser la última. En la medida
del tiempo se prolonga y al fin sobra.
Sobra el tiempo de volver y también,
para el olvido, que no fue previsto.
Se dictamina por el modo imprevisto,
que es cosa del destino y que es para bien,
o para mal para las personas involucrada.
Así todo termina, en una simple despedida.