Me salgo al balcón de mi alma a mirar las estrellas,
la noche agoniza, el silencio me aterra, la luz es tenue,
petrificada en mis pupilas está la figura de la luna,
brillante, llena de dulzura, hechizada y llena de amor…
…A pesar del dolor y la amargura,
defendí mi vida con tu amor,
después de tantos desengaños y locuras,
defendí mi muerte por tu amor…
Ya muerto para siempre, mi corazón se oprime,
ya no existe el rencor, ni la soledad, solo el tiempo,
la distancia entre tu alma y la mía, el lugar donde habita el amor,
ya no hay falsedad y engaño, solo el tiempo, que tampoco cura las heridas…
El aroma de la tarde embriaga a la noche,
con su esencia cabalga hacia la madrugada,
de una ciudad que brota de la nada, llena de melancolía,
de centenares de almas que sueñan en las noches sin dueño…
EL AROMA DE LA TARDE
7-10-2009 J.M.P.Poeta