Levanto los párpados
y ya está ahí,
en una habitación oscura,
visible en mi cabeza,
invisible ante mis ojos.
Estoy solo,
pero en mi pensamiento
sigue acompañándome,
sigue torturándome el recuerdo.
Hace ya una semana,
y sigo sin comprender del todo,
supongo que la magia es magia
y tal y como se hacen realidad los sueños
también se realizan las pesadillas.
El jueves cumplo años,
veintitrés,
por fuera aparento veinte,
por dentro unos cincuenta,
sé cual sería mi mejor regalo,
no quiero dinero,
no quiero lujos,
no necesito nada de eso,
lo único que quiero es ser feliz,
lo único que quiero es que vuelva,
que vuelva mi motivo para sonreír.