Tu recuerdo, después de tantos años,
en el aire se prende todavía;
el país lejano de tu cuento,
recogido al témpano del tiempo,
hoy solícito en mi mente me lastima.
Envuelto en sueños que no existen
y alejado en el tiempo que se fué,
tu recuerdo en mi memoria se resiste
y se hace sonrisa que derrama
la vereda de mi infancia, hoy lejana.
Te busqué en los márgenes de las brisas,
tras las ondas inaccesibles del silencio,
y en mi afán por encontrarte tanto tiempo
me hice añeja, te perdí entre las prisas,
en la biznaga amilanada de los ecos.
Te sorprendo en el refugio de las sombras,
en el mundo solitario de los idos,
en la arena desprendida de los tiempos,
en la mar que amilana los sentidos;
donde ansiosa siempre escucho tus ladridos.