Tu alma y la mía...estarán fielmente juntas
unidas, atadas, liadas, pegadas por siempre,
sin gastos presuntos, sin eso que redunda,
con el fino artilugio y sin temer a la muerte,
si la partida me toca, a mi en forma primera,
tu sutil remembranza se atisbará con la mía,
mirando mi abstracta poción de quimeras
surcando tus aires con los vientos que miras,
si eres tu, aquella que toque los destierros,
juntaré tu último, suspiro con el mío,
mirando tus ojos...con los ojos eternos
besando tu boca...con mi boca de estío,
Con las manos sostendré tus dedos de fuego
y en cada lágrima de mis ojos dormidos,
plegaré mi dolor con el dolor tan sereno
de aquel que ha amado, sin temer al olvido.
Y nuestras almas, amor, tendrán el peso necesario,
que elevará sus ritos en esos gramos certeros,
veintiuno son, y destellerá entre varios,
lugares fortuitos de algún, fortuito te quiero!