Ha llegado el otoÑo...

Ha llegado el otoño. Ya se despojan
de sus hojas los árboles. Cesan los trinos
de las aves canoras que en los caminos
dan su adiós en barullos de remolinos
donde revolotean y se sonrojan.
Yo también, como aquellas aves parleras,
me despojo del lastre que me acompaña
arrancando de mi alma toda cizaña
y me baño en las fuentes donde se baña
por las noches el cielo con sus lumbreras.
En mi pecho galopa, late, palpita
como cronometrado mi corazón
y se agitan mis sueños no sin razón
al compás de mis penas que en aluvión
han disuelto mis cantos en honda cuita.
Voy desnudo de amores y de cariño,
llevo a cuestas, en ancas mi soledad
y en mis ojos la sombra de la orfandad
se dibuja con honda fatalidad
entre andrajos, harapos y desaliño.
Sólo Dios que conoce de mi interior
la penuria y el hambre de amar que cargo
cubrirá mis demandas y sin embargo
sigo aún esperando que en mi letargo
Él me llene de fuerzas y de valor.
Heriberto Bravo Bravo