En esta habitación,
en donde la soledad
me rodea,
el hablar con fantasmas
de un pasado,
de los amigos que tuve,
de mi madre, que no he vuelto
a ver,
de una esposa dominante,
su indiferencia es la causa
a mi dolor,
de unas hijas que pronto
se irán.
Camino en derredor,
y palpando las paredes
les cuento lo que paso;
de la locura que me sigue,
de traición sobre traición,
de la muerte…
la que al oído me susurra
y me invita al panteón.
De la lagrima que no a caído,
del grito que tengo
clavado en el sentido,
y de aquella hermosa
y sublime canción;
esa que de amores habla
y a pausas me parte
el corazón.
Todo esto encierra
mi triste y desolada
Habitación,
entre cuatro paredes
y una copa de alcohol.