Imagen esmeradamente perfecta, sonrisa de Signal, maneras elegantes, simpatía, esplendor, pero, profundizando:
Los constantes regalos lo hacían más vano. Siempre fue un ganador con las mujeres. Suponía que era su estilo, su estampa. Se ufanaba de su galantería y de sus éxitos.
Yo sentí que no pertenecía a esa serie de chicas deslumbradas, no sería una más, creí que él comprobaría la diferencia. Y me embarqué.
Por fortuna, cierto escozor me impulsó a huir a tiempo. Qué triste es la decadencia de un Don Juan. Qué patéticos se ven con objetividad sus penúltimos capítulos.
Su vida aún es una oda al cliché. Se cree el centro. Ni se le ocurre pensar por qué suena su teléfono. Aunque yo sé que desde hace años se siente opaco porque la vida ya le amputó sus secretos.