Atlântida sabe

No hay en tu invierno,

finales diferentes,

cada tarde muere

de la misma manera.

en este;

tu desolado paisaje de

playas abandonadas

de gente.

El viento desde el mar

Arremete sobre tus bordes

De últimos pájaros oceánicos.

La arenas, En silencio,

Huelen a tu nombre.

Y sabe a tu boca

El aire salado

Que me quema los labios.

Atlántida; callada,

Se compadece

De mis versos dolientes,

Ella, ciudad de calma

Se acuna en la noche

con rumores marinos

Cargados de misterios

Y  antiguas leyendas,

De alguna manera

Sabe lo que yo siento,

No hay distancias ni tiempo

Cuando me esperan

En el fondo calmo de la madrugada

la tibieza de tus manos

y el refugio de  tu cuerpo.

Luis Fontana