Acelero el tiempo, dibujando en tu mirada, pequeña mía, que me regresaste de una nada, callo el rigor de observarte desnuda, en la piel de otro día,
que te deshoja y se apresura, amas lo mío y es donde amo lo tuyo,
niña de mis costales que de sed te morías, y ahora que alcanzas mis
oasis terrenales, duermes corpórea y no pareces dormida.
Pegados en nuestro arco iris, el que solo nosotros conocemos,
porque lo hemos hablado, porque te ries dormida,
mientras te abrazan mis pétalos, que de tus besos morían, cada vez
que la tierra daba vueltas sin prisa, y detenías el tiempo, sino...sino te caías,
en mis brazos gigantes....de mis pequeñas poesías.
2003- a Vane.