Mi ejemplo a seguir

~~Llegaron de España, dos chicuelos emigrantes a la bella Isla caribeña cubana. Huían de la Guerra Civil Española. Cada cuál venían con parte de sus respectivas familias.

El maravilloso destino unió sus vidas y nacieron cuatro retoños hermosos: Ofelia, Blanca Gloria, José Manuel y Feliciano.

Agustina y Feliciano eran amantes de sus hijos y laboraban para sus creianzas y educaciónes. Sus familias quedaron en Encina de San Silvestre, Salamanca, por parte de él y en Castilla la Vieja de dónde era oriunda ella. Las remesas de ropa y alimento eran constantes. "La familia es sagrada"- solía decir a menudo Agustina.

Tuvieron la desdicha de perder a su hija mayor Ofelia de una enfermedad común de aquella época nombrada "acidosis"

Crecen los tres hijos, todos con la illusion de ser profesionales y regalar con orgullo sus títulos universitarios a sus padres; principalmente a la madre abnegada que cociendo más de quince horas al día supo alimentar  sus hijos y ayudar a la lejana familia.

El menor de sus hijos Feliciano contrajo una enfermedad mortal a los diez y ocho años, nombrada "Tuberculosis". Morían a granel personas que adquirian esta terrible enfermedad contagiosa. Agustina no se dió por vencida y solo cesaba su labor en su máquina de coser, para auxiliar a su hijo enfermo.

Eran altamente costosos los medicamentos y las consultas a especialistas pulmonares. Nació la "Estrptomicina", poderoso antibiotico que surtió el efecto de sanación para el enfermo

Los tres hijos se recibieron con honores en la Universidad de la Habana. y Agustina vivía orgullosa de su empeño por sacar adelante a toda su familia.

Estoy viva amigos, porque Feliciano, el hijo menor de Agustina fue mi padre; padre e hijo ejemplar, quien siempre tuvo devoción por sus padres y en especial por su valerosa madre.

Mi abuelita es mi orgullo y mi ejemplo a seguir. Traté de ser como ella,y sigo tratando, pero nadie la puede ni podrá igualar.

Autor: Ivette Rosario

Octubre, 2015