He buscado en mi vieja casa
por las esquinas tu nombre.
Revestido de fuego encontré solo
el albur del cielo que alumbra
una torrencial lluvia de peces,
un manantial de ilusiones vacías
que solo pueden perderse poco a poco
como se pierde la bruma veraniega
en el resquicio de una ventana ,
como una puerta hacia las azules aguas
donde el barco queda anclado de costado
y la tarde muere en sonrosado velo.
Más, aún así, dibuja con ternura de sabio
la tarde, tu silueta recostada en los trigales;
aún cuando ya te has marchado tan lejos.
Ya no me queda más que el lúgubre ulular
pétreo de las rocas cuando estalla la noche,
y tu no estás ni en la luna ,ni en el tibio mundo,
donde habitan las estrellas, salpicando de risas
el mundo que generosamente siempre te rodea.
BE BJ