Evocandome

Me pregunto una vez más
qué estarás haciendo,
la vida sigue igual
y en mi ventana anocheciendo.
Dime qué harás
para calmar mi infierno.
La noche está cayendo,
qué hermoso es su fulgor.
Te veo en una estrella
que me deja en estupor.
Y sé muy bien mi cielo
que no soy el mejor.
Pero mañana saldrá el sol,
caerá luz que trastoca
aunque hay más calidez
en mi deseosa boca.
Tu piel es tornasol
y yo cosa tan poca.
Verás el cielo azul,
te dirá cuanto te quiero
y recordarás mi vida
que yo por tí me muero.
Se abrirá aquel baul,
a tu corazón yo me refiero.
Después verás las nubes
tan aterciopeladas,
así son mis visiones
con tanto amor bordadas.
Te veo como subes
acompañada de hadas.
El viento de la tarde
rozará esas tus mejillas,
será mi tonta mano
son caricias tan sencillas.
Y el tiempo sin alarde
avanzará sus manecillas.
Aquel silencio crudo
que habrá en tu interior
estallará en mil pedazos
como lo hace un malhechor.
Y aquellos tristes muros
te hablarán cosas de amor.
Así de poco en poco
te acordarás de mí
y sentirás mi abrazo
sudando en frenesí­.
Sabrás que vive un loco
que espera ansioso un sí.
Y ahora que te acuestes
verás que no hay silencio,
oirás tu corazón
del cual nunca me agencio.
Y los cuerpos celestes
dirán cuanto te amo, en silencio.