Ayer fue el día que mañana.

Ayer fue el día que mañana
conspiré contra dioses e ignotos
sangre nueva que a pura cama
despejé mi esperma con los celos del otro,
con el solo verter de una vereda
construí un castillo de cordones
bendita virgen de las lunas nuevas
que se ahoga dúctil entre los condones,
y así, de tal forma y de tal manera,
de tal Dalí con los frescos secos
calciné el hablar en una copa cualquiera
por rincón confuso de tanto resto,
sabia la fruta que a mi boca persuade
del gusto manso que el cristal implora
en la fe de erratas de un texto suave
añil recuerdo que muere con las horas,
y si ayer fue el día que mañana
supuestamente convertí en aurora
sin darme cuenta mujer que amas!
que en cada noche mi sed devora!