Llanto de un poeta
Hermosa y radiante, salio la luna
con ella, sus reflejos de oro y plata
con tristeza, el poeta sus ojos abrió
poeta de caminos
de largo caminar.
Sus ojos se de lágrimas
se
llenaron
recordando la belleza
de unos ojos brujos
que un día, en el camino dejo.
No llores poeta, dijo la bella luna,
ven aquí, en medio de tu mar,
nos iremos al viento a danzar,
tal vez en el camino
le vuelvas a encontrar.
A hermosa luna
ella lejos se fue, tan solo pido
que donde quiera, que este,
recuerde que yo siempre le amare.
Jorge Tavárez
Usa/Puerto Rico