“The clock indicates the moment-
But what does the eternity indicate?”
(Walter Whitman)
“¡ Eternidad, hora ensanchada…!”
( Juan Ramón Jiménez)
¡ Eternidad, reloj descoyuntado
por cuatro infatigables pura sangre!
El primero arrastrando está al pasado
entre la niebla nunca levantada
del recuerdo yaciente.
El segundo desolla ya al presente
entre las piedras más resbaladizas
de la ilusión efímera.
El tercero avanzando está al futuro
entre el desierto, frío compañero del anhelo gestante.
El cuarto…
El cuarto no se sabe- se dice- dónde va;
el cuarto va al galope, rendida cualquier rienda, rendida hasta la muerte,
hacia un abismo que ruge silencios
- según lamentan unos-;
hacia un vergel que desterró a su otoño
- según proclaman otros-.
Pero yo he visto cabalgar, sin tregua y briosa,
a mi alma jubilada
hacia un mudo horizonte que difumina sus cantos
con bramidos de mar,
y la sed insaciable de infinito
con el sabor a sal.
Y así, su cabalgar
era, es y será
por siempre infatigable.
Y mi vida también
es un fue, un será y un es cansada;
cansada de ser polvo de un camino,
cansada de soplar y ser soplada,
cansada de pisar y ser pisada;
cansada un rato, un rato cansada.
Pero,
enamorada de estar un rato enamorada
de un polvo enamorado.
Siempre cabalgará;
¿o es que el milagro de existir después de la muerte
va a ser mayor que el de existir después de la nada?.
La muerte es algo;
la nada nada.
Según someros cálculos
parca es la vida y muy voraz la Parca;
según expertos cálculos
la Parca criará de lo que coma,
aunque sólo veamos malvas niñas.