Tus ojos reflejaban un cielo de flores de cerezos,
tu espalda descansaba tendida sobre la grama,
al acercarse, ella se ubicó entre tus fuertes brazos,
y tú con deleite, los lunares y pecas de su pecho besabas.
Ella quería decirte, no sé qué cosas,
mas, no se animaba.
Tu cubrías con besos su boca,
no la dejabas.
Pasaron mucho tiempo, sintiendo que flotaban,
era un mundo extraño para ambos,
cerca, un pequeño puente unía las orillas
de un cauce de aguas claras que pasaban.
Los dos, todo ignoraban,
mientras un fuego abrasador los atrapaba,
y amándose siguieron, mas, de pronto…
tú, regresaste de tu sueño, y ella no estaba!
® Susana Valenzuela
31-03-10
Pues mira no. No digas que fué un sueño porque fue real y muy real.Recuerdo que me tendi sobre la grama a la sombra de un hermoso cerezo......lleno de rojas y sabrosas cerezas; tú me ofreciste una ya mordida por ti, y la mordí con deleite, bueno, no sigo más, poque no deseo descubrir nuestro secreto.PERO NO FUÉ UN SUEÑO. BESOS. El poeta desconocido.