Eres el dueño de mis melancolías,
el mayor encanto de mis desvelos.
Eres el suspiro de tanta nostalgia,
el mágico sentido de mis anhelos.
Eres el albor que descubre el alma,
la dulce esperanza del desamor,
frescura de suave brisa matinal,
el místico refugio de mis querencias.
Por eso amor, eres mi melancolía,
Eres quien arrulla el tenor de mis sueños,
revelas los suspiros de mis insomnios,
hechos sortilegios de la poesía.
Por eso, es quien en la angustia del olvido,
visitante bienvenido en mi recuerdo,
abrazando la brisa al amanecer,
con tu sensual sonrisa, mi querer.
Recuerda, tener cincuenta no implica,
dejar los motivos para inspirar,
una caricia de amor y placer,
cuando eres el vivo amante del ayer.